OUR STORY

Hay como 10 cuadras entre la avenida Chairel y Río Sabinas en Tampico.  Tierra santa.  

Comúnmente se cree que el universo es infinito y el big bang tiene como 14 billones de años, pero los novios tienen la teoría alterna de que ahí, en esas pocas calles, es donde se formó el suyo. Cada quién sus ideas. 

Nacieron en un lugar de donde viene el tiempo lento, donde el río te acompaña, el calor abraza, pero el mar te suelta y extraña.  Las mismas calles tienen miles de recorridos suyos; desde los patines y bicicletas, las primeras salidas aprendiendo a manejar, a dar un rol con amigos presentes y otros ausentes, hasta las puestas de sol con besos y reflejos en la laguna. 10 cuadras y los novios coincidieron en absolutamente todo… excepto en la década en la que lo hicieron.   

Él se fue a los 18 y ella se quedó siendo niña, la hermana menor de su amigo.  En un minuto de pausa ella se hizo doctora, creció y se conoció. Tuvieron que pasar 20 años para volverse a ver y cruzar palabras…. pero ellos ya no eran los mismos. A ella ya no le gustaba usar “floaties” en la alberca y a él, de un minuto a otro, le volvió a encantar todo lo local. 

Algo de romántico tiene que haber en reconocer a la misma gente, ir a las mismas escuelas, tener abuelos amigos, papás amigos, hermanos amigos, ir a la misma alberca, pedir limonada en la misma pérgola y llegar a la casa con la misma arena en los pies; a veces “arena” manchada para los que crecieron en los 80’s. Tanto tiempo de vivir lo mismo, cada quien por su lado y en su carril durante muchos años… hasta que la ironía se hizo presente y fue una boda la que finalmente los puso en el mismo tiempo y en el mismo lugar. Novios desde entonces. La doctora y el abogado. Coordenadas exactas. 

En el reencuentro ella confesó “contigo siento mucha paz”.  ¿Qué más puede pedir una persona a quien le dicen eso? Nada, salvo 100 años más para oír esa frase diario.  

Así va la historia hasta ahora.  Ya no a Tampico, pero ambos están regresando a casa juntos.